Cavidad
bucal:
El examen de la cavidad bucal es muy
importante ya que esta alberga una gran cantidad de neoplasias asintomáticas.
Hay que observar sistemáticamente labios, dientes, bordes alveolares, mucosa
bucal, paladar blando y duro, suelo de la boca, lengua, amígdalas y orofaringe.
Hay que palpar la base de la lengua, la zona amígdalar, y cualquier lesión
visible del interior de la cavidad bucal.
Para realizar un simple examen de la boca
necesitamos:
o
Una lámpara de mano.
o
Depresor lingual.
o
El dedo que palpa.
o
Espejo laríngeo.
Inspección:
Se observan primero los labios, encías y dientes.
- Labios: Se examina su aspecto y simetría. Entre las alteraciones que se pueden encontrar destaca el aumento de volumen por edema, cambios de coloración (ej.: palidez en anemia, cianosis en ambientes fríos, poliglobulia o hipoxemia), lesiones costrosas (ej.: en herpes simple), si están inflamados, secos y agrietados (queilitis), si existen (queilitis angular o estomatitis angular), fisuras (ej.: labio leporino).
- Mucosa bucal: Se examina la mucosa bucal (humedad, color, lesiones). En la xerostomía se produce poca saliva y la boca está seca; en una candidiasis bucal o muguet (infección por Cándida albicans) se presentan múltiples lesiones blanquecinas; las aftas bucales son lesiones ulceradas.
- Dientes: Conveniente fijarse si están todas las piezas dentales, si existen caries o prótesis de la arcada superior o la inferior.
- Lengua: Normalmente presenta algo de saburra, pero en cuadros febriles y por falta de aseo, aumenta. Un aspecto como mapa geográfico (lengua geográfica) o con surcos profundos (lengua fisurada o cerebriforme), no significa enfermedad.
- Paladar: En el paladar duro pueden haber hendiduras como parte de un labio fisurado. La presencia de una prominencia ósea en la línea media (torus palatinus).
- Úvula.
- Amígdalas: su hipertrofia es común y puede simular una neoplasia.
- Faringe.
Palpación:
Forma parte esencial de un examen físico
completo. Debe efectuarse sistemáticamente en pacientes de más de 50 años de
edad, principalmente varones, debido a la frecuencia de cáncer bucal. El dedo
que palpa debe protegerse mediante un dedal de goma o un guante.
Para
esto utilizamos una técnica con las dos manos, utilizando el dedo índice y el
pulgar de la mano contraria, deslizando ambos dedos cuidadosamente por toda la
cavidad bucal.
Lesiones de la cavidad bucal:
Lesiones malignas: Lesiones benignas:
ü Cáncer de lengua. De lengua.
ü Cáncer de labio. De labios.
ü Leucoplasia. De dientes.
De mucosa.
Cáncer:
La
lesión más importante de la cavidad bucal,
que nunca debe pasar inadvertida en un examen sistemático, es el cáncer.
Puede producirse en cualquier zona de la boca, aunque generalmente no aparece
en el dorso de la lengua por delante de las papilas circunvaladas. Sus lugares
más frecuentes son los lados y la superficie inferior de la lengua, su base, el
suelo de la boca, los bordes alveolares y la mucosa bucal.
Cáncer de lengua: es el tumor maligno más frecuente de la
cavidad bucal. Aparece en la base de la lengua a lo lado de los bordes o en la
superficie inferior y suele extenderse al suelo de la boca. Sus características
macroscópicas son las de una ulcera necrótica indurada. Las metástasis son
frecuentes y precoces. Los primeros afectados suelen ser los ganglios
submaxilares y submentonianos. Los cervicales profundos se infartan en el
cáncer del tercio posterior o de la base de la lengua.
Cáncer de labio: esta lesión es más frecuente en varones
después de los 50 años de edad. Mayormente se presenta en el labio inferior,
presenta una ulceración superficial de la mucosa con excrecencia verrugosa.
Tiene aspecto de una ulcera indurada indolora. Esta tiene metástasis tardía.
Leucoplasia: es una placa blanquecina sobre la mucosa bucal,
esta placa es elevada con zonas irregulares, es una área precancerosa.
Las lesiones benignas de la lengua se pueden presentar por los
siguientes factores:
§
Avitaminosis.
§
Tratamiento con antibióticos prolongado.
§
Sífilis.
§
Traumatismo.
§
Alteraciones de dientes.
§
Tuberculosis.
§
Entre otros.
Entre estas lesiones
encontramos:
Épulis: es un tumor nodular, pardo rojizo de consistencia
firme. No es doloroso, hay proceso inflamatorio. Se presenta frecuentemente en
la parte extrema de la lengua, en el borde alveolar.
Ránula: es un proceso quístico, tenso, azulado, translucido,
indoloro, suele presentarse en el suelo bucal. Es un tumor glandular.
Lesiones de orofaringe:
Amigdalitis aguda: el principio es brusco con fiebre y dolor de
garganta. Las amígdalas están hinchadas
y enrojecidas. La superficie suele estar cubierta por manchas blancas, formadas
por el exudado que sale de las criptas amigdalinas.
Amigdalitis crónica: a veces hay hipertrofia de las amígdalas
palatinas acompañada de la amígdala faríngea (adenoides) que produce
obstrucción parcial nasal y disminución de la audición.
Abscesos periamigdalinos: el paciente tiene dificultad para
abrir la boca. La zona amígdalar esta
intensamente edematosa e hinchada. La amígdala afectada parece desplazada hacia
el lado opuesto.
Absceso retrofaringeo: generalmente en niños. La lesión aparece
como protrusión de la pared faríngea posterior. Debe palparse cualquier proceso
inflamatorio sospechoso de esta zona, manteniendo el paciente en posición de Trendelenburg.
Glándula parótida:
normalmente no se ve ni puede delimitarse por palpación. Se ve
inmediatamente cuando esta inflamada o edematosa. Situada por delante y por
debajo del conducto auditivo externo.
Parotiditis: por inspección, la glándula hipertrofiada
constituya una masa difusa por delante del oído, que se extiende hacia abajo y
atrás hasta el ángulo del maxilar. El orificio del conducto de stenon aparece edematoso y enrojecido
cuando se separa la mucosa bucal mediante un depresor.
La glándula inflamada
puede delimitarse fácilmente por palpación. La inflamación del conducto de
stenon o la salida de exudado purulento a su nivel, constituyen signos
diagnósticos excelentes de inflamación de la glándula.
Tumores de parótida:
Tumores pleomorficos: la glándula suele estar crecida
difusamente, dura, no sensible, de crecimiento lento y ligeramente móvil.
Carcinoma: el cáncer a veces no puede distinguirse de un tumor
mixto, pero la fijeza y la dureza pétrea indican carcinoma. La parálisis del nervio facial es una
característica diagnostica de gran importancia.
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